La ciudad de Limoges fue la capital de la antigua región francesa de Limosín, ahora Nueva Aquitania. Este destino de Francia no es tan popular entre los turistas como lo pueden ser otras ciudades francesas, sin embargo, es un lugar que merece la pena visitar. Así que si estás planeando unas vacaciones en Francia pero deseas visitar un sitio menos abarrotado de turistas, Limoges puede ser una excelente opción.
¿Qué lugares imprescindibles ver en la ciudad de Limoges?
Esta población es conocida por sus fábricas de porcelanas, pero Limoges va mucho más allá de esto. Se trata de una localidad llena de encanto que pasa desapercibida a menudo, pero los pocos que la conocen quedan maravillados. Al visitar este destino podrás descubrir la historia de la ciudad, el gran patrimonio que alberga y mucho más. A continuación te presentaremos algunos de los imperdibles de la ciudad para que puedas aprovechar tu estadía en ella.
Horno de Casseaux
El Horno de Casseux (en francés Four des Casseaux), es un horno de porcelana creado en 1884. Este es uno de los cinco últimos hornos de porcelana que quedan en la ciudad. Además, es el único horno de porcelana que tiene la clasificación de Monumento Histórico de Francia; fue incluido en el año 1987. El horno fue utilizado hasta, aproximadamente, 1959 cuando se reemplazó por la cocción a gas. A día de hoy, el Horno de Casseaux es un claro ejemplo de cómo era la tradición porcelánica de Limoges.
Jardines del Obispado (Jardins de I’Évêché)
Los Jardines del Obispado originales fueron creados en el siglo XVIII; para el año 1956 se comenzó a construir el jardín botánico y en 1990 se realizó una extensión. La superficie que actualmente ocupan los Jardines del Obispado es de unas 5 hectáreas. Este jardín se encuentra dividido en varias zonas, como el jardín francés, un bosque de tilos y una gran explanada. Dentro del recinto hallaremos un jardín histórico, uno temático, cuencas, áreas recreativas para los niños y mucho más.
Capilla de San Aureliano (Chapelle Saint-Aurélien)
En la calle de Boucherie se encuentra localizada la Capilla de Saint Aurelien, una capilla de estilo principalmente barroco, construida entre los siglos XV y XVII. Desde 1949 la Capilla de San Aureliano forma parte de los Monumentos Históricos de Francia. Si bien esta capilla es pequeña, es un lugar que sin duda vale la pena visitar; en ella se halla una estatua de Santa Catalina que data del siglo XV, un retablo barroco de lo más interesante, y mucho más.
Ayuntamiento de Limoges
Otro de los imperdibles de esta localidad es el Ayuntamiento de Limoges, un edificio de estilo neorrenacentista cuya construcción se realizó entre los años 1876 y 1883 por el arquitecto Charles-Alfred Leclerc. Frente al ayuntamiento se encuentra la Place León Betoulle, en el centro de esta se halla una fuente hecha en porcelana, bronce y granito realizada por Charles Genuys. Desde el año 1975 el Ayuntamiento se encuentra registrado dentro del Monumento Histórico Nacional.
Otros sitios que no te puedes perder al visitar Limoges
Además de los lugares que te hemos presentado anteriormente, en Limoges hay mucho más por ver y descubrir. Esta localidad alberga un gran patrimonio artístico e histórico que podrás conocer en pocos días si organizas bien tu viaje. Así que si deseas continuar explorando todo lo que este destino puede ofrecerte, no dudes en visitar cada uno de los siguientes puntos que te presentaremos a continuación.
Museo Nacional de la porcelana Adrien Dubouché
Para conocer la historia de la porcelana en Limoges y todo lo relacionado a esta, no te puedes perder el Museo Nacional de la porcelana Adrien Dubouché. Este museo fue fundado en 1845 y cuenta con una gran colección de 18.000 objetos de cerámica, porcelana, loza, entre otros. En 1992 el museo recibió la clasificación de Monumento Histórico de Francia. Sin dudas, es de visita obligatoria en Limoges, pues la porcelana fue uno de los pilares de la economía de la ciudad.
Catedral de Limoges
La Catedral de Saint-Étienne, comúnmente denominada simplemente como Catedral de Limoges, es un templo católico romano cuya construcción comenzó en el siglo XIII, finalizando las obras para el siglo XIX debido a la fijación del campanario románico a la nave. Este templo es de estilo gótico radiante y extravagante, por lo que sin duda es todo un espectáculo admirar su arquitectura, tanto los elementos de la fachada como del interior.
Museo de Bellas Artes
Al visitar los Jardines del Obispado podrás aprovechar para visitar el Museo de Bellas Artes de Limoges, el cual tiene su sede en el antiguo palacio episcopal que data del siglo XIII. En el museo se encuentra una amplia colección que incluye pinturas, esculturas medievales, antigüedades egipcias y mucho más. Podrás disfrutar obras de artistas como Henri Laurens, Berthe Morisot, Robert Grange y muchos más.
Museo de la Resistencia y Deportación
Otro museo ideal para visitar en la ciudad es el Museo de la Resistencia y Deportación, cuya sede se encuentra en el antiguo convento de las Hermanas de la Providencia, un edificio del siglo XII. En el museo podremos conocer la historia de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial; también se halla una sala educativa, varias exposiciones temporales y un centro de documentación.
Tal como puedes ver, hay mucho por ver y descubrir en la ciudad de Limoges, por lo tanto, podrás tener unas vacaciones entretenidas e interesantes. Si el tiempo te lo permite y deseas continuar conociendo más de esta preciosa localidad, no dudes en visitar el Puente Marcial, el Castillo de la Boire situado a 4 kilómetros de la ciudad, la estación de ferrocarril Gare de Limoges Bénédictins, entre otros puntos de gran interés turístico.